También conocidas como cuevas o catedrales de mármol, son un fenómeno kárstico de primera magnitud al alcance de los viajeros de la Carretera Austral.
Río Tranquilo, en la riba occidental del Lago General Carrera / Buenos Aires, antaño Lago Chelenko –Lago de las Tempestades, en lengua mapuche- es uno de los puntos de paso más gratificantes para los viajeros que transitan la Carretera Austral.
Además de su estratégico emplazamiento para solventar necesidades de índole logística -combustible, provisiones, etc.-, esta pequeña población de la región del Aysén guarda el acceso al Valle de Los Exploradores, la mejor vía de penetración para tomar contacto con la zona más septentrional del Campo de Hielo Norte y algunos de sus glaciares más potentes, como el San Rafael.
No obstante, antes o después de acometer esa más que recomendable extensión del viaje por la Carretera Austral, también queda justificado concederse una tregua al volante tras kilómetros de calamina infernal, sobre todo si venimos del norte, de Coyhaique, la capital del Aysén, distante unos 240 km.
Sin perder de vista las aguas del lago, que más bien parece un mar por su extensión -el segundo de Sudamérica tras el Titicaca-, podemos aprovechar la estadía en Puerto Tranquilo para conocer y disfrutar otro atractivo natural de la región. Se trata de las llamadas Capillas de Mármol, un conjunto de bellas y caprichosas formaciones kársticas creadas por la acción combinada del viento y las aguas del lago durante miles de años.
El contraste entre el azul intenso de las aguas y el colorido veteado del carbonato cálcico de las paredes de oquedades, cuevas, columnas, agujeros y salientes diseminados a lo largo de 500 metros en las elevadas escarpaduras del estero resulta muy atractivo y aboca todo visitante a una incursión.
La excursión a este espacio protegido chileno -catalogado como Santuario Natural- puede contratarse en cualquiera de las casetas próximas al embarcadero. La fórmula más habitual es subirse a una lancha que nos acercará a los acantilados, incluso metiendo su proa en algunas de las cuevas. Alternativamente, las Capillas de Mármol también pueden explorarse a bordo de kayak.
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