En todas nuestras notas relacionadas con la Ruta 40 argentina afirmamos que la magia de su trazado radica en las oportunidades que ofrece para el descubrimiento de lugares insospechados, en ocasiones próximos a su discurrir. Es el caso de Laguna Blanca, una pequeña joya de la naturaleza que hechiza y enamora, al alcance de todo viajero que ronde por ‘La Cuarenta’ y tenga en su cuaderno dedicar unas jornadas a vagar por las entrañas del limítrofe y extensísimo Parque Nacional Lanín.
Laguna Blanca se sitúa a una treintena de kilómetros al SO. de Zapala siguiendo la RP 46., en la región de Neuquén. El lugar está rodeado por volcanes extintos y concentra todos los rasgos de la estepa patagónica: una aridez ambiental que solo permite el desarrollo de vegetación arbustiva, en esta zona conformada por colonias de duraznillos, matas, neneos, molles y coirones.
Los vientos dominantes del oeste son secos y violentos con frecuencia y las temperaturas también son extremas: en verano no es infrecuente que el termómetro marque por encima de los 40ºC y en invierno registre mínimas de -20ºC.
Es un lago de origen endorreico de una superficie aproximada de 1700 ha. y 10 metros de profundidad máxima tras el apogeo del deshielo de las montañas próximas y el aporte estacional de los riachuelos Llano Blanco y Pichi-Ñireco.
La relevancia ecológica de este espacio proviene, entre otros valores paisajísticos e históricos, por ser refugio del escaso cisne de cuello negro. De hecho, el emblema de este parque nacional argentino creado en 1940, siluetea esta magnífica ave de gran tamaño que habita en reservorios y corrientes de agua dulce. El ‘carreteo’ sobre el agua para levantar el vuelo y ver los pichones transportados sobre el lomo de sus padres son algunas de las escenas más familiares de este elegante pájaro propio de América del Sur y originario de Australia.
Además de este ilustre invitado, las aguas de Laguna Blanca, son referencia para más de 100 especies a lo largo de las distintas estaciones del año, destacando flamencos, ánades de varias clases, chorlos, macaes, etc … y numerosas familias de anfibios. En las orillas, particularmente en la zona norte, más abrupta, merodeanchinchillones, pumas, zorros ychoiques y sobrevolando las cornisas son visibles halcones peregrinos, aguiluchos. Incluso el cóndor se deja ver con cierta frecuencia.. Chema. Huete; Fotos: Ch. Huete y PN laguna Blanca/Apn/Gob.Ar (cisne)
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