El mural dedicado a Joan Mata, más conocido como el ‘Tato’, que retrata un abuelo de semblante afable caliqueño en ristre, es uno de los primeros y más populares grafitis de Penelles. Es la invitación perfecta para iniciar un recorrido alucinante por las calles de este pequeño pueblo agrícola de la comarca catalana de La Noguera.

La Noguera es la comarca más extensa de Catalunya y una de las más apreciadas por los amantes de deportes y actividades al aire libre. La imponente masa calcárea de la Serra del Montsec, ocupando la zona septentrional de su territorio y con gran diversidad de espacios naturales, seduce entusiastas del excursionismo, la escalada, la espeleología, el piragüismo, la práctica del vuelo sin motor o la observación de estrellas. En paralelo, su rico legado histórico permite dibujar circuitos culturales de calidad.

          

No obstante, los visitantes que, en la búsqueda de esos atractivos, atraviesan apresuradamente la zona meridional de la comarca, caracterizada por una extensa llanura modelada por las aguas del río Segre, tienen un motivo muy sugerente para detenerse y apreciar La Noguera más rural y agrícola. Recientemente, la población de Penelles, situada en el eje de la carretera C-53 que conduce a Balaguer (Lleida) ofrece uno de los puntos de interés más originales y creativos de toda la comarca de La Noguera. Cualquiera que sea la puerta de acceso a este núcleo de apenas 500 habitantes, el visitante tropezará con alguno de los murales y grafitis que alteran vigorosamente la monotonía constructiva tradicional de casas, naves, barracones y tapiales del pueblo. El choque visual es sorprendente, tanto por la variedad como por la calidad e intencionalidad de los dibujos.

          

Para conocer su origen hay que remontarse cinco años atrás, con el nacimiento del Festival Gargar, una iniciativa promovida desde el mismo pueblo con el objetivo de aportar un valor turístico diferencial al mismo a través del arte en espacios abiertos y públicos y, en consecuencia, revalorizar la actividad diaria y la ilusión y el sentimiento de pertenencia de los vecinos. Gargar es el canto o sonido que emite la ganga o perdiz de garriga, un pájaro local en peligro de extinción. Un claro alegato sobre la persistencia de este pueblo a no pasar al olvido. Uno de los murales que hace referencia explícita a este pájaro puede verse en la fachada del Ayuntamiento, obra de Slim Art.

          

La primera edición tuvo lugar en mayo de 2016 y desde entonces, los primeros días del mes, el pueblo se transforma en un inmenso plató de grúas, plataformas y kilos de pintura fluyendo de botes y sprays en manos de los mejores artistas del Street Art del momento para pintar unos 900 m2 de paredes cada año. Desde su inicio, la convocatoria del Gargar Festival ha tenido un éxito fenomenal y las paredes del pueblo se han convertido en un bien escaso, preciado por grafiteros de todo el mundo. En la pasada edición 2019, los organizadores recibieron cerca de 250 proyectos de los cuales fueron seleccionados 24. A día de hoy, podría decirse que hay un mural por cada 5 habitantes y la galería de obras de artistas consagrados como los portugueses Draw&Contra, la neoyorkina BKFOXX, el francés @zesoner, el belga Dzia, el  británico Ryan Smeeton, el gallego Mon Devane o los locales Fil y Slim Art , ya citado, entre otros muchos, es contemplada por miles de personas a lo largo del año ante la complacencia y orgullos de los vecinos.

Los artistas se desplazan a Penelles durante la semana previa al certamen para pintar los murales; no se les paga por su trabajo, pero a cambio reciben el material que necesitan y los gastos de su estadía. La creatividad de los artistas solo tiene una condición previa: que sepan centrarse en la cotidianidad del pueblo y su entorno rural. A priori, desconocen el espacio a pintar. Por su parte, los vecinos ceden lienzos de sus casas e inmuebles sin saber el motivo que acogerán. La sorpresa, por tanto, es generalizada. La misma que días o meses después de materializarse la prueba experimenta el visitante que va doblando esquinas de calles persiguiendo el color y la imaginación de los artistas. Tradicionalmente, el Festival Gargar se celebra durante el primer fin de semana de mayo pero debido a la pandemia del Covid-19, la edición 2020 se ha desplazado a finales de verano con un formato progresivo de actuaciones que se extenderá hasta primeros de otoño. M. Duran / Ch. Huete

          

Nota: A nivel del estado español, además de Penelles, otras muestras magníficas de Street Art tienen lugar en Fresnedillas de la Oliva (Madrid) y Xest (Cheste, Valencia) con su festival Grafittea. El primero revaloriza espacios abandonados del pueblo, contando historias y oficios de los vecinos bajo el lema ‘Casas con Vida’; la muestra valenciana sigue un poco la praxis de Penelles en la cesión de espacios, pero la temática es libre.