Las zonas centrales y más orientales de las regiones chilenas del Maule y Bernardo O’Higgins no suelen ser un destino prioritario en la agenda de los overlanders que marchan rumbo sur. Salvo una excepción, dispuesta a conceder algo de su tiempo a descubrir territorios más andinos, la mayoría de éstos recorren la Panamericana apresurados por ganar los confines de la región de Magallanes. La Patagonia es un poderoso imán. Si vienen de vuelta, rumbo norte, queman goma descontando las millas que faltan para alcanzar las zonas desérticas del altiplano… si ya han colmado su curiosidad por los sectores andinos.

Sin embargo, para aquellos que no se sienten apremiados, esos territorios situados al sur de Santiago y Rancagua ofrecen interesantes alicientes. Los que posean alma de enólogos disfrutarán recorriendo el valle de Colchagua, el corazón vinícola por excelencia de Chile (foto sup. cortesia de Chile Travel) 

Los estudiosos de la arquitectura y urbanismo, hallarán numerosos y hermosos ejemplos de arquitectura colonial a ambos márgenes del rio Mataquilo. Quizás la presencia más notable la hallemos  en la municipalidad de Lolol, con un rico centro histórico que fusiona elementos pre colombinos con la tradición de las haciendas coloniales.

Si el interés se centra en profundizar en el conocimiento de la cultura e historia del país y sus aledaños, el extenso y completo Museo Cardoen de Santa Cruz ofrece una oportunidad excelente.

En fin, si sentimos la llamada del mar, pueblos como Cobquecura, Buchupureo o Pelluhue ofrecen alicientes de sobras para solazarse y moverse a la rítmica de las olas del Pacífico.

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