El Parque Nacional Laguna San Rafael y el Valle de los Exploradores son las puertas de acceso a una de las masas de hielo más espectaculares del planeta, muy a mano de los viajeros que recorren la Carretera Austral.

Aysén es una de las áreas más atractivas e indicadoras de la salud medioambiental de la tierra que todo trotamundo pueda conocer en sus andaduras. La más joven de las regiones chilenas cubre un territorio abrupto, sensible a las palpitaciones telúricas de la Tierra a la par que sus cumbres andinas, por encima de los 4.000 metros, protegen los campos de hielo continentales más importantes de Sudamérica. Este territorio patagónico, cincelado por ríos de aguas bravías y desmembrado en cientos de fiordos en su vertiente hacia la costa del Pacífico, como indica el término de los habitantes originarios huilliches «Achén«, que significa erosión o desmembramiento es, en estos momentos de cambio climático, un indicador en tiempo real de la salud medio ambiental de la tierra del que podemos tomar consciencia con relativa facilidad. 

El Valle de los Exploradores, cuando la meteorología no lo impide, es la vía de aproximación terrestre más factible hacia el sector norte del Campo de Hielo (C.H.N.), una masa de hielo de unos 110 km de largo en sentido N-S por 50/60 km. de ancho abrazada al central Monte San Valentín (4.058 m.), considerada la cima más alta de la Patagonia chilena. De forma preferente, las masas de hielo milenarias acumuladas en sus laderas descienden hacia el NE para conformar el Glaciar Exploradores, con una longitud superior a los 20 km. y un frente de 3 km. Esta masa de hielo es un glaciar de los denominados ‘de valle’, con una altimetría que va desde los 180 m.s.n.m. a los 2.000 metros de altitud.

Glaciar Exploradores no retrocede como otros ventisqueros de la región debido al cambio climático, aunque sí está perdiendo espesor rápidamente. Al igual que el resto de glaciares de la región, fruto del aumento de la temperatura global del planeta, su corteza está cada vez más agrietada, apreciándose en la lengua grandes bolsas de agua -pequeños lagos pro glaciares- que, según los especialistas, irán en aumento.

Un sendero de aproximación interpretativo, además de buenas panorámicas sobre el valle, ofrece un excelente mirador de su serpenteante tramo final y agrietado frente. Para incursiones sobre el mismo glaciar, existe un grupo de guías capacitados y un refugio en el sector. Si el tiempo es benévolo, podremos apreciar el mismo Monte San Valentínel glaciar Grosse, colgante de sus agujas.

Cerro Arenales (3.437 m.) es la mayor cumbre del margen sur del CHN y el desplazamiento del hielo acumulado en sus pendientes da origen al glaciar (o ventisquero) marino de San Rafael, considerado el más meridional del mundo y es el eje del magnético Parque Nacional San Rafael. Este espacio protegido –Reserva Mundial de la Biosfera– se caracteriza por ser el de mayor superficie de la región de Aysén, con 1.7452.000 hectáreas de extensión, de las cuales 375.000 ha. aprox. corresponderían a hielos milenarios.

El gran atractivo de la zona es la laguna San Rafael y el glaciar del mismo nombre, que desborda en sus aguas, desgajándose en témpanos de color verde, turquesa o de cualquier otro tono azulado. Algunos son de enormes dimensiones, tanto que cabría considerarlos icebergs y que hay que sortear con prudencia para aproximarse a su línea de flotación. La visión es realmente impactante. Nos espera un frente de casi dos kilómetros de largo por 60 a 70 metros de altura enmarcado entre montañas parduzcas cuyas crestas se pierden entre una neblina plomiza, amenazante. Los chasquidos del hielo al quebrarse, secos, profundos y el estruendo causado por el desprendimiento de enormes bloques de hielo que impactan contra el agua y emergen furiosos de las profundidades de la laguna, causando un aparatoso oleaje, parecen el quejido dramático de una tierra maltratada que anuncia su putrefacción por la mano del hombre.

Para acceder al Valle de los Exploradores y el PN. San Rafael hay que seguir una pista de ripio que parte hacia el oeste de Puerto Rio Tranquilo. Pese al amedrantamiento que pueda causar el paisaje, se trata de un trayecto fantástico, con avistamientos extraordinarios a cada viraje sobre montañas graníticas de una verticalidad absoluta, ríos bravos, cascadas y ventisqueros colgantes. Hacia el kilómetro 52 llegaremos a la zona de acceso al Glaciar Exploradores, donde es posible pernoctar con el camper. También existe un área de servicios y contratación de guías si queremos adentrarnos en el glaciar, como se indicó anteriormente.  

El camino continúa hacia Bahía Exploradores por una treintena de kilómetros más, llegando al final del camino rodado, al menos de acceso público. A falta de ultimar una pista de ripio que se está construyendo para facilitar el acceso a Laguna San Rafael, deberemos tomar una embarcación -previamente contratada en Puerto Río Tranquilo- que nos llevará aguas abajo del río Exploradores. Tras el paso del Golfo Elefantes deberemos remontar el desagüe de la laguna San Rafael, bautizado adecuadamente como el río Témpanos. Tras casi tres horas de marcha, la navegación alcanza su punto más delicado y excitante, el piloto de la lancha debe prestar suma atención a los témpanos que se deslizan a babor y estribor provenientes del ventisquero, mientras el pasaje asiste -asistimos- embelesados con el espectáculo, ajenos al intenso frio del lugar.

El programa habitual, de una jornada completa de duración -si no existe algún contratiempo mayúsculo, como pueda ser un aviso de maremoto, frecuentes en la zona-, ofrece el desembarco en Puntilla del Cisne para seguir por unos cientos de metros un sendero que ilustra acerca a la flora y fauna del lugar. Por el camino, resaltan los restos de un antiguo hotel de lujo, a pleno rendimiento en la década de los años 40 del siglo pasado, con su correspondiente pista de aterrizaje, aún en servicio.

Para los más inquietos, las agencias autorizadas ofrecen una extensión del viaje hacia el glaciar San Quintín, de mayor tamaño -y similares características en su desbordamiento al agua. parcialmente visible en la lejanía, aún más inhóspito y que supone un par de jornadas de viaje.

Para saber más: https://www.glaciareschilenos.org/ y www.recorreaysen.cl

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